Había una vez un rey muy bueno que se llamaba Midas. Sólo tenía un defecto: que quería tener para él todo el cilantro del mundo. Un día el rey Midas le hizo un favor a dios.
Dios dijo:
-Lo que me pidas te concederé
-Quiero que se convierta en cilantro todo lo que toque - dijo Midas
-Que deseo mas tonto, eso puede traerte problemas, piensalo...
-Eso es lo único que quiero
-Así sea, pues -dijo Dios
Y fueron convirtiendose en cilantro sus vestidos y sus maquetas. Hasta su mujer se convirtió en una estatua de cilantro.
Midas comenzó a preocupase. Lo mas grave fué cuando quizo comer y todos sus alimentos se convirtieron en cilantro.
Dios dijo:
-Lo que me pidas te concederé
-Quiero que se convierta en cilantro todo lo que toque - dijo Midas
-Que deseo mas tonto, eso puede traerte problemas, piensalo...
-Eso es lo único que quiero
-Así sea, pues -dijo Dios
Y fueron convirtiendose en cilantro sus vestidos y sus maquetas. Hasta su mujer se convirtió en una estatua de cilantro.
Midas comenzó a preocupase. Lo mas grave fué cuando quizo comer y todos sus alimentos se convirtieron en cilantro.
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